y voy escribiéndonos un poema-vida.
Pensar que soy capaz de ceder, a veces
a una sola obsesión carnal.
Quiero desdibujar en la arena,
con una cerveza sudorosa en la mano,
la ese itálica de tu humanidad.
Pensar en tu voz más allá del apéndice
que grita cuando tiene un orgasmo.
Pensar en este sentimiento
como una obstinación que sobrepasa las ganas de plegarme en tu cuerpo.
Pero no puedo más que
solo quererlo.
Si me besas
me miras,
y mi cuerpo de hombre responde primero que mi mente,
y la pasión me nubla el juicio
solo de sentirte inerme acariciarme la barba.
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