martes, 5 de mayo de 2015

Euterpe.


Euterpe - Camile Roqueplan.


Cuando encuentro las luces de Montmartre
con esa mezcla de calidez y desdén,
cuando mis ojos miopes las confunden
presas de su propia sobriedad
no puedo más que imaginarme,
aunque la conciencia me supure,
al pragmatismo de mi país
si se hiciera dueño de estas calles.

Creo que nunca el Sena estuvo tan quieto
con esa placidez intimidante,
como cuando despojado de mi pasmo
y siendo un patriota sentimentalón
                             lo reconozco
aprendí a amar más a Barquisimeto,
a Caracas y a Maracaibo
aunque la Tour Eiffel me mirara con soslayo
quizá reprochando mi deliberación.

Esta Francia que he conocido
es algo más que una masa existencialista,
algo más que Victor Hugo, Sartre
Baudelaire o Le Corbusier,
es una reminiscencia inmaterial y vívida
a toda la melancolía que viaja en las maletas
a los aromas de mi patria que son aluviones
a el amor por la cosmovisión
a este simulacre de bonheur.

En estas calles que sirven de Euterpe
se coló mi abstracción indisoluble
como el pizzicato de un violonchelo
fui un venezolano con su carga
aprendí del coloquio y del arte
y quise volver sin fruiciones
a viciar de gracia y primor,
a mis fecundas tierras.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario