Líbrame de vez en cuando de
esta inmanencia necia.
Sobredosifícame de ti. Sin
temor a las secuelas.
Evapórate entre la aglomeración.
Sé que sabes desaparecer.
Me gusta saber que soy tu ad hoc, nos necesitamos a ratos con arrojos
volcánicos y después no somos nada.
Juguemos a no ser para constreñir
nuestra impaciencia.
No satures nunca mi hambre
de ti. Lúceme tu independencia, es el vestido que mejor le queda puesto a tu
desnudez.
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